Julián Sobrino Simal La Trinidad de Sevilla
Fábrica de vidrio
 



La historia de "La Trinidad" es, por muchas razones, la historia de Sevilla durante el siglo XX. La vida de la fábrica comienza con la misma persona, D. Luis Rodríguez Caso, que también se puede considerar como iniciadora de la Sevilla del S.XX ya que fue el inventor e impulsor de la famosa Exposición Ibero-Americana de 1929.

Luis Rodríguez Caso llegó a alcanzar el grado de Comandante de Artillería; su formación técnica se concreta en el título de Ingeniero Industrial que pondría en práctica al dedicarse a los negocios de la industria en su faceta de empresario. A finales del siglo XIX viajó por Europa conociendo Austria, Alemania, Francia y Bélgica. En este último país visitó la Exposición Universal de Bruselas de 1897 donde, tal vez, concibió la futura Exposición de Sevilla. De hecho, de vuelta a su ciudad promueve la "Exposición de Productos Sevillanos e Industrias Agrícolas, Vinícolas y Mineras de la Provincia" celebrada en 1905 y posteriormente, en 1908, gestiona la "Exposición Internacional Hispano-Ultramarina".

Tras el éxito alcanzado por estas exposiciones, Luis Rodríguez Caso será objeto de un homenaje de la ciudad y las autoridades militares el 25 de junio de 1909, fecha en la que lanza la idea (madurada en los años previos con sus contertulios Francisco Pacheco, Manuel Corbato, Fernando Silva, Miguel Quesada, Narciso Ci·urriz y Manuel Rojas Marcos) de que Sevilla sea sede de una Exposición Hispano-Americana. De su imaginación y esfuerzo inicial como organizador, primero, y como Comisario en 1914, quedó para la posteridad la Exposición Ibero-Americana de 1929. Su sucesor al frente de la fábrica, D. Fernando Barón, también ostentaría el cargo de Comisario de la Exposición (1922-1925).

Su estancia en Bruselas fue profundamente fecunda, pues el 15 de octubre de 1900 presenta al Ayuntamiento de Sevilla una solicitud, acompañada de planos, para recibir licencia de instalación de una "Fábrica de vidrios y cristales, huecos y planos", en la que, curiosamente, contrata como Director-Técnico al belga D. Francisco Thiriún (que trabajaba en una fábrica de vidrio barcelonesa) del que tal vez recibiera informes durante su visita a Bruselas, donde se exponían productos de cristal de esa nacionalidad. Los hijos de este primer director, Jaime y José Thiriún, trabajarían también en la fábrica de vidrio, siendo el segundo de ellos un magnífico tallador hasta su jubilación en 1971.

La Memoria presentada al Ayuntamiento sevillano, para solicitar la licencia de obras, por Rodríguez Caso en 1900 describe las instalaciones de la siguiente manera: "Será edificada con fachada oeste a la carretera de Miraflores, lindante al este y norte con la Laguna de los Patos y al sur con una casa de su propiedad. Ocupar· una superficie de 6.000 m2 ocupados por las siguientes edificaciones: Una nave adosada a la fachada principal para oficinas, portería y casa del director, además del taller de herramientas, preparación de materiales y embalaje. En el resto del perímetro se habilitarán naves para excusados, cuadras, almacenes y otras dependencias auxiliares. Existirá una gran nave central destinada a talleres de hornos para fundición y trabajos de vidrio, en la que se ubicará un horno para ocho crisoles y sus accesorios de templado, reconocido y cocción de material refractario".

En 1998 la organización espacial de la fábrica guarda bastante semejanza con el proyecto original y consta de: "Un solar de 10.800 m2 que contiene los siguientes edificios: la nave industrial que ocupa 3.440 m2 de terreno, y con una superficie construida de 6.880 m2 en dos plantas para albergar los hornos de fusión, de templado, almacén de moldes, sala de decorado y calderas. Un edificio de 660 m2 de planta que alberga a las oficinas, el almacén y la tienda-exposición. Un edificio industrial de 460 m2 que acoge los talleres auxiliares. El resto de la parcela no construida totaliza 6.240 m2 y se destina a aparcamiento, servicios y almacenajes al aire libre".

La Fábrica de Vidrio "La Trinidad" (1900-1902) en la Avenida de Miraflores debe sus primeros planos de planta y alzado a José Luis Rodríguez Caso. Posteriormente se hicieron obras de reforma (1924 y 1926) proyectadas, respectivamente, por los arquitectos Vicente Traver y Ramón Balbuena.

El recinto industrial está compuesto por un bloque central de naves, dos de ellas en paralelo, que se adosan a una tercera en uno de sus laterales. El recinto vallado tiene un acceso por puerta-cochera en porche al que se abren a izquierda la porterÌa y a derecha las oficinas y almacén más una sala de embalaje.

La fabricación de vidrio soplado requiere un programa específico, muy minucioso, debido a la complejidad del proceso, por tanto, la arquitectura ha de ponerse necesariamente al servicio de la industria en sus momentos básicos, que son: 1) Almacén de materias primas; 2) Sala de mezclado de materias primas; 3) Sala de calderas en semisótano y conducciones de calor y humos; 4) Nave de hornos de fundir donde se sitúa la primera nave de trabajo de extracción de vidrio y soplado; 5) Nave de enfriamiento y máquina de corte; 6) Nave de decoración, bien a talla o bien a serigrafía; 7) Nave de almacenaje; 8) Talleres de moldes, de crisoles y de bocas de hornos y almacén de refractarios.

La existencia de este programa determina todo el conjunto fabril, articulándose un sistema de comunicaciones mixto que contemple con fluidez el tránsito de materias primas, energía, personas y productos acabados.

La construcción de esta fábrica de principios de siglo constituye uno de los escasos ejemplos de gran industria de nueva planta de la ciudad de Sevilla. La tipología de esta industria adopta los espacios de las naves a dos aguas con cubiertas de cerchas metálicas sobre pilares de fundición adosados a los muros de carga, consiguiendo un espacio amplio y flexible sin soportes intermedios que interrumpan un trabajo que de hacerse rápidamente y en cadena. Todo el subsuelo de las tres naves se halla ocupado por una obra de ingeniería de considerables proporciones debido a que alberga las calderas y conducciones de humos y calor, espacio aprovechado también para almacenes y talleres.

La Fábrica de Vidrio"La Trinidad" es, hoy día, un ejemplo vivo de la industrialización sevillana debido a los siguientes rasgos definitorios:
1. Se mantiene en el mismo emplazamiento y en el mismo edificio, salvo algunas reformas sin importancia.
2. Continúa manteniendo el mismo uso productivo, aunque se ha modificado el tipo de combustible (del carbón al gas-oil) y el tipo de horno (de crisol a balsa).
3. Sigue fabricando productos de vidrio con un sistema semi-industrial de fuerte componente artesanal.
4. Su catálogo de ventas mantiene tipologías de productos que forman parte de la Historia de las Artes Industriales sevillanas.
5. Existe una línea de transmisión de conocimientos (científicos, tecnológicos y empresariales) que va desde 1900 hasta 1998, lo que confiere un valor tradicional que lo podemos definir en sentido amplio como Cultura Industrial.
6. Posee un Patrimonio Tecnológico de primera magnitud para el sector del vidrio tradicional español formado por:
a) Archivo documental muy deteriorado y sin clasificar (mermado por los efectos de la riada de 1952).
b) Almacén de moldes, todavía en activo, resumen histórico de las tipologías allí fabricadas (cuenta con más de 2.000).
c) Utillaje y máquinas, donde conviven ejemplares antiguos con otros creados posteriormente.
d) Almacén de productos fabricados en distintos períodos.
e) Proceso de fabricación que se puede considerar como uno de los mejores ejemplos de Arqueología Industrial viva.