Tigre con boca abierta, se compone de una pantalla VFD insertada en la parte posterior de un tigre de peluche. En la pantalla, aparece un poema que se repite intermitentemente. La pieza pretende simular a un ser humano “etiquetado”. Las etiquetas o chips son implantadas para llevar información específica acerca del portador, tal y como edad, género, raza, nacionalidad. También sirven como dispositivo de rastreo GPS. Estos implantes son una realidad perturbadora y fascinante al mismo tiempo. Perturbadora, porque cruzan los límites de los derechos civiles, y fascinante porque pronto trascenderán las barreras de la medicina. Tigre con boca abierta, es una reflexiona sobre la identidad, adonde ya no somos identificados por nuestro nombre pero mas bien por la visión artística que dispara nuestra singularidad. La obra cuestiona si nuestra individualidad no debería de ser medida por parámetros alternos. En Tigre con boca abierta, lo que nos identifica, deja de ser nuestro nombre, o edad, sino una serie de emociones espontáneas que nuestra persona evoca, en este caso, un poema: "-Que me robaste?/ -………………../ -Como ladron huiste,/ -…………………../ -mi corazon dejaste/ -…………………./ -atrás. Que robaste?/ -………………….."